martes, 29 de mayo de 2012

El hombre en busca de sentido

Viktor E. Frankl

Viktor Emil Frankl fue un neurólogo y psiquiatrista austriaco nacido en una familia judía, fue capturado por el partido nazi en 1942, sobreviviendo a ello, se decide a escribir un libro de sus experiencias en los campos de concentración en los que estuvo y lo que aprendió conviviendo con gente en la misma situación que él.
El libro fue escrito en el difícil contexto de la etapa en la que ser judío era razón para morir o ser esclavo, la mala situación en la que se encontraba en el campo de concentración, para todos los que se encontraban ahí, era horrible tener que estar viviendo bajo presión y miedo de morir, al autor le era demasiado fácil identificarse con sus compañeros al saber que todos sentían lo mismo.
El hombre en busca de sentido trata sobre un psiquiatrista que viaja hacia “una fábrica de municiones” donde les iban a dar empleo, pero para su sorpresa, los engañan y los llevan a un campo de concentración en Auschwitz, explica cómo se siente ser internado en un campo, el shock que esto provoca y las reacciones que observaba en los demás.
El autor mostró sus pequeñas observaciones, contándonos cómo logro pasar cada una de las selecciones basándose en los detalles y comportamientos de los admitidos y no admitidos. Una de sus técnicas, fue decir que era médico para tener ciertas prioridades que los demás internos no podían tener.
Al entrar, lo primero que se prometió, fue no suicidarse, aspiraba a ser del pequeño porcentaje de los hombres que no le tenía miedo a la muerte.
Lo siguiente en la historia, fue acostumbrarse al campo de concentración, era el prisionero número 119.104, uno más de los miles que había, veía a los otros prisioneros ser golpeados. Poco a poco, el ver enfermos, agonizantes y muertos le parecía más común, cada vez se conmovía menos ante el sufrimiento humano.
Otra de las reacciones muy comunes entre los pacientes, era la insensibilidad, los golpeaban, pero eso no les producía la mínima provocación, a pesar de que algunas veces era por ninguna razón, en realidad, era un mecanismo necesario para sobrevivir ahí dentro, era autodefensa.
Los prisioneros se olvidaban del sentimentalismo, de todo lo que podría mostrar debilidad ante los capos y que se pudieran aprovechar de ello.
Viktor Frankl, como todos los que se encontraban ahí, tenía nostalgia, extrañaba a su familia, a su mujer, el ser libre y no preocuparse por morir dentro del campo.
Una de las cosas que más les afectó a los prisioneros, fue el hambre, había peleas por la comida y por las raciones…la comida era el centro de su vida mental, era en lo que pensaban para sobrevivir, todos tenían una notable desnutrición.
Para entretenerse en el campo, algunas ocasiones improvisaban espectáculos, en los que actuaban, cantaban, recitaban, contaban chistes, hacían lo posible para olvidar los problemas que tenían y tener un buen rato al olvidarse de todo, además de que si lo hacían bien, obtenían premios (más comida).
Frankl logró llegar al cargo de doctor, con lo cual lograba conseguir un poco más de comida y algunos de los enfermos agonizantes, le regalaban sus posesiones al presentir que su muerte se encontraba cerca. Harto de trabajar en el fango, el hielo y con hambruna, decidió escapar, pero su intento falló al ser evacuado el campo (en el que ya quedaban muy pocos prisioneros).
Al tiempo de estar encerrado, a Frankl ya no le importaba cómo estuviera la situación afuera. Creía que si su esposa había muerto, no tenía importancia, ya que no necesitaba que ella estuviera viva para amarla.
Algo que le llamaba mucho la atención a Frankl, era la psicología de los guardias. Era extraño cómo era que siendo humanos, los guardias trataran de una manera tan repugnante a sus similares, eran sádicos y severos, pero se le hacía fácil comprender que si eran las personas más brutales y egoístas, tendrían más probabilidades de sobrevivir. Entre los guardias, se encontraba rara vez alguna excepción, un guardia que se olvidaba de su egoísmo y regalaba de vez en cuando un pedazo de pan como signo de lástima. Esto dio a Frankl la frase "Hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos: "raza" de los hombres decentes y la de los indecentes. Ambas se encuentran en todas partes y en todas las capas sociales".
La liberación, provocó reacciones notables en todos, Frankl tuvo la gran oportunidad de analizar a sus compañeros prisioneros y a él mismo como uno de ellos, ¿cómo sería la vida ahora?, todo lo que veían les parecía irreal, creían que era un sueño y no podían alegrarse aún.
En la fase psicológica del desahogo, para él, era la más peligrosa, los prisioneros tenían la excusa de que les habían hecho mucho daño, y que podían desquitarse haciéndolo ellos también.
La logoterapia, es un método terapéutico en el cual, intenta que el paciente sea consciente de sus razones para vivir y sus responsabilidades. En la historia, se presentan muchos ejemplos, el principal es el del mismo protagonista, que estaba a punto de publicar un libro acerca de sus trabajos y fue su razón para luchar en el campo de concentración, Muchos de los otros ejemplos, son los otros prisioneros, para los cuales, el sentido de su vida eran sus familias.
Después de todo lo vivido en los campos de concentración, Viktor Frankl, pudo detenerse a examinar sus vivencias, sus pensamientos y sus acciones, pudo notar las diferentes reacciones y la forma en la que las personas se deciden a luchar o no hacerlo, y que esto es simplemente si se tiene un porqué para vivir, el cómo hacerlo no importa. Sin embargo, llega a la conclusión de que el ser humano no puede vivir sin tener preocupaciones, lo cual, le proporciona el sentido de la vida.
Mi opinión acerca del libro, es que, a pesar de ser un poco confuso en cuanto a palabras etimológicas, nos enseña que nuestra vida no es nada difícil a comparación de otras personas que viven experiencias muchísimo más complicadas que las nuestras. En general, el libro me gustó, no es de los libros que “te jala” pero es muy interesante en muchas de las partes.
El capítulo que más llamo mi atención fue el de la 3ra etapa: la liberación, creo que es la parte que más esperaba del libro, quería saber cómo sería el final y cómo era la manera en la que iba a reaccionar. Me gustó mucho la frase de “vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar”, se parece mucho a la manera en la que yo veo la forma en la que hago y veo las acciones.
Lo que esperaba del libro es que contara mas detalles al final, me hubiera gustado que contara si su esposa vivió, cómo fue su regreso a casa y su vida en libertad.
La verdad, si recomendaría este libro, hace reflexionar mucho sobre la manera en la que tratamos a los demás, cómo vemos la vida y lo que no aprovechamos de ella, debemos prestar atención a los pequeños detalles, a disfrutar lo que tenemos porque podríamos perderlo algún día, quedarnos sólo con nostalgia y sin sentido en nuestra vida

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